martes, 3 de febrero de 2015

Manifiesto por la Paz

El pasado siete de Enero de 2015 una de las sedes de la revista Charlie Hebdo sufrió un atentado de gravedad en el que murieron doce personas y cuatro resultaron heridas. Este atentado es uno de los muchos que acaban con nuestra libertad de expresión. Este  derecho se señala en el artículo 19 de la Declaración de los Derechos Humanos y está reflejado en la mayoría de las constituciones de los estados democráticos. Entonces... ¿por qué la gente sigue muriendo por dar su opinión o por sus creencias? Debemos hacer algo para evitar estas catástrofes, actuar antes de que esto suceda.

En este siglo XXI continúan las guerras. A diario vemos en los periódicos y la televisión cómo miles de niños, mujeres y hombres mueren de hambre o asesinados en bombardeos o guerras causadas por conflictos entre países. Esto hace que la esperanza por la paz se vea mermada. Pero, aun así, debemos ser positivos, intentar cambiar la mentalidad de las personas y aportar nuestro granito de arena. Como dijo Jimi Hendrix, un gran músico, “Cuando el poder del amor sea más grande que el amor al poder, el mundo conocerá la paz".

Deberíamos intentar cambiar algunos aspectos de nuestra sociedad como:

1. Solucionar de manera pacífica los enfrentamientos entre los países en guerra.
2. Los gobiernos deberían reducir la venta de armas a otros países que hayan estado en conflictos para reducir así los conflictos.
3. Ayudar a evolucionar a los países con problemas económicos o de desarrollo y que sus ciudadanos puedan tener una mejor vida.
4. Permitir la libertad de expresión de cada ciudadano de este mundo; permitir la opinión diferente, siempre con respeto.

A nivel individual:      

1. Respetarnos mutuamente, sin racismos ni exclusiones  por ser de otras religiones, gustos o costumbres.
2. Aportar cada uno el trocito de paz que llevamos dentro y ayudar a cada persona que lo necesite.
3. Inculcar estos valores en nuestra sociedad, una sociedad en la que a día de hoy todavía hay personas que creen ser superiores.

Y para finalizar me gustaría añadir que la paz no es una utopía, ni un ideal inaccesible, ni un sueño irrealizable. La paz es posible. Es posible una sociedad sin asesinatos, sin gente muriendo de hambre, sin atentados y sin diferencias, pero para ello debe estar presente en nuestra sociedad el perdón, la ayuda y, sobre todo, debemos rechazar las guerras y la violencia.

Ana Macías García, 1º Bachillerato A

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